miércoles, 8 de octubre de 2008

225 a la hora. Francis Vaz.


Toda una semana aclarando su voz con carabaña
y ensayando gestos grandilocuentes en el espejo
para al fin tener que leer en la ermita descolorida
de este pueblo con más cabras que habitantes,
pero no importa, su digno orgullo le convence
de cuán necesario es acercar la cultura
allá donde los cerebros
son carcomidos por el microbio de la ignorancia,
él ya lo demostró en su tratado de agro-poesía,
donde glosaba el sudor de su padre jornalero
cuando sembraba ajos en los lomos por 4 duros a la hora.
Es necesario despertar la conciencia del pueblo
-piensa convencido-, por ello el humanismo docente
de este profesor de secundaria le lleva a olvidarse de sí mismo
y comenzar desarrollando las ideas de Bakunin, Engels y Propotkin,
una de las tres señoras que pueblan la sala
se levanta y se marcha con sigilo,
el autor eleva el tono de voz y mira con desprecio,
-como la ballena mira a su arponero-,
a la que él adivina esposa del cacique
(la pobre mujer confiesa al conserje en su salida:
“no me entero de ná shiquillo y se me va quemá el pushero”).
Ya ha consumido la mitad de la hora y no es cuestión
de que la concurrencia pueda irse sin conocer sus logros
así su primer poema trata sobre la precariedad en el trabajo,
luego sigue otro que versa sobre la explotación laboral
(la limpiadora ha visto que ese muchacho tan simpático
se ha bebido todo el agua y llena su vaso por 6 euros a la hora),
después la guerra civil, el maltrato a la mujeres, la expoliación
de los países del tercer mundo, la contaminación,
injusticias, injusticias, injusticias...........
Estoy de acuerdo con el autor, es vital reparar el mundo,
asiento mientras cuido el único y desvencijado equipo de sonido
de mi ayuntamiento, en el que trabajo por 8,5 euros a la hora.
En fin, el último minuto de tan edificante hora se cumplió,
después diez minutos más de conversación, ya a solas,
y me regaló uno de sus libros, a cambio, juré promoverlo
entre otros gestores culturales de pueblos adyacentes,
luego me firmó el recibo y le aboné sus 255 euros.
Lo vi marcharse satisfecho y feliz, con una pizca de asombro
en los ojos ante la belleza de nuestro paisaje serrano,
parecía un ser infinitamente más humano
tras la brevedad de aquella hora mágica.
Hoy he sido yo quien ha bajado a la costa,
a este encuentro de editores independientes y artistas
y he preguntado por él, por supuesto,
desgraciadamente me han informado de su ausencia,
al parecer el hotel no era de su agrado.

Francis Vaz. (Huelva 1962), ha publicado "Palabra y Piedra", (Huelva 2001) y "Artistas, por supuesto" (Huelva, Bar 1900 2002). Es coeditor de la revista de narrativa, "Tranvía" y Director del programa radiofónico: "El Jardín de la Memoria". Poemas suyos aparecen en las Antológías: “Carne picada : antología clandestina de la poesía onubense contemporánea” y “Voces del extremo, I” y “Voces del extremo, II”.
Éste, es un poema inédito.


La ilustración es de Bob Dob y lleva por título: "Shithead"

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