jueves, 19 de junio de 2008

Ana Pérez Cañamares. Poema: J



J se acerca y me dice
que quiere ver su enfermedad.
Escupe en un pañuelo de papel
y luego lo tira a la chimenea.

Hace horas que yo no paro de llorar.
Siempre es así con el ácido:
el ácido sabe en qué lugar de mí
se oculta el grifo que abre
el llanto o las risas incontenibles.
Esta vez son lágrimas que caen
por mi rostro, por el cuello
que llegan hasta el pecho
en un reguero salado.

Así que llorando me tumbo
en el suelo junto a J
y vemos como su enfermedad
se consume entre ascuas.
El pañuelo ha tomado
la forma de un dragón.
Los dos lo definimos a la vez
siameses unidos por el alma;
aunque los ojos de J son
fríos como los de un cirujano
y los míos están velados por las lágrimas.

El pañuelo se quema lentamente
va cambiando de forma
mientras J y yo lo acompañamos
boca abajo sobre el suelo de barro
la barbilla apoyada en las manos
como dos niños escrutando un hormiguero
estudiando las leyes de la vida.

Al final lo que queda del pañuelo
tiene forma de bebé en un capazo.
Casi dan ganas de cogerlo y acunarlo.
Ahí tienes tu enfermedad, le digo a J.
Sí, supongo que no es para tanto
contesta él. De dragón a bebé
y luego un puñado de cenizas.

A las pocas semanas me llama
y me dice que sus transaminasas
están en un nivel normal
por primera vez en años.
Ya lo sabía, le digo.
El ácido también me abre
el grifo de la fe.

Luego, el día a día, ese fontanero
que cobra precios abusivos
ya se encarga de cerrarlo.


Ana Pérez Cañamares es un sol de mujer, nació en Tenerife en 1968, reside en Madrid y ha publicado entre otros En días idénticos a nubes (Mileto) y el poemario La alambrada de mi boca (Ed. Baile del Sol). Sus relatos y poemas aparecen en antologías (Hank Over, por ejemplo) tanto en papel como en Internet. Su blog El alma disponible.

La ilustración pertenece al cómic Fun Home, nuestra última y muy recomendable adquisición, de Alison Bechdel